La parcela en la que se sitúa el nuevo edificio de consultas de oftalmología atesora un legado cargado de historia
La ubicación del nuevo edifico (E3) del Hospital La Arruzafa, dedicado íntegramente a consultas de oftalmología (Grupo Innova Ocular), asienta sobre una parcela única. La intervención arqueológica llevada a cabo en el terreno ha revelado el uso de este emplazamiento desde la Prehistoria, lo que pone de manifiesto la situación privilegiada que siempre ha tenido.
La primera ocupación del solar tiene lugar en el último tercio del IV milenio a.C., cuando se estable un poblado de cabañas que se ha encontrado muy afectado por las fases históricas posteriores. En total, se documentaron siete estructuras. En época romana, en la primera mitad del siglo I d.C., se edifica en el emplazamiento una villa suburbana de la que se ha documentado parte de su zona productiva (pars fructuaria) y que posteriormente fue abandonada, aunque es la etapa islámica “la que presenta un mayor número de estructuras de todas las documentadas en el solar. En el siglo IX se emplaza en este terreno una gran propiedad de la que sólo se ha podido excavar un pequeño sector. Un potente muro delimita al norte una superficie que contiene dos edificios y una alberca, cuyas dimensiones exceden las del solar”, detalla la arqueóloga Fátima Castillo.
La propiedad permaneció en uso ininterrumpido hasta principios del siglo XI, momento en el que se abandona. En época almohade, entre finales del siglo XIII y principios del siglo XIV, hay evidencias de actividad en el terreno relacionadas con el expolio de materiales constructivos. A partir de la conquista cristiana, en el año 1236, estos terrenos se destinaron a uso agrícola hasta en la urbanización de todo este sector en la segunda mitad del siglo XX.
El inmueble ahora construido (E3), obra del equipo dirigido por la arquitecta Lourdes Chacón, “es un edificio singular, adaptado a las necesidades planteadas por el contratista y del que cabe destacar la geometría y la luz interior que posee”, explica la propia arquitecta. Chacón destaca el proceso de «adaptación» realizado con los restos encontrados que «realzan el valor patrimonial de la edificación».
En esa línea, su interiorismo, confeccionado por la empresa Makeart Design SL, responde a un “concepto único donde se han integrado varias ideas”, en alusión a cómo se ha adaptado cada espacio a las necesidades de cada subespecialidad oftálmica. Para la arquitecta Ángela Moyano, responsable de Makearte Design junto al también arquitecto Luis Giménez, “en el E3 confluye un diseño integral de espacios que parte desde el mobiliario hasta la confección técnica de la tecnología. Todo está diseñado bajo un mismo concepto. Cada consulta, cada elemento interior, la distribución, todo se ha previsto para resaltar la propia belleza del edificio. Se ha realizado con materiales novedosos, de última generación que combinan la sencillez con la limpieza. Es un edificio especial con un interior ideado para el máximo confort del usuario”.